La Participación es un derecho que reconoce al individuo como protagonista de la democracia, es por ello que la Entidad propicia espacios en los cuales los actores sociales presentes en el territorio dan a conocer sus opiniones, para contribuir a fortalecer el quehacer institucional.
Desde la Gestión de una Cultura Ambiental, la Corporación orienta de manera incluyente los distintos procesos, bajo la consideración de que todos los actores del territorio deben participar activamente como requisito para afianzar la democracia.
El enfoque de participación busca fortalecer la gobernanza estableciendo sinergias entre los diferentes actores (interna y externamente) con el objeto misional de proteger y conservar los ecosistemas asociados, que conforman la estructura ecológica principal.
Invita además, a establecer un diálogo de saberes y la apertura de escenarios que desde la lectura crítica del territorio permite compartir experiencias y aportar desde la vivencia de cada actor, iniciativas ciudadanas para construir territorios sostenibles en lo ambiental, productivos en lo económico, y estables en lo social y político.
Para el logro de este propósito, es indispensable el fomento de procesos de construcción de capacidades, habilidades y competencias, así como la democratización de la información. De esta manera se promueven las condiciones para que la comunidad pueda: Ser parte, Tomar parte, Sentirse parte. Igualmente dar a conocer el compromiso de la Entidad por promover e implementar acciones concretas que garanticen seguridad territorial entendida como la capacidad de un territorio para ofrecerle a sus habitantes determinadas condiciones de “estabilidad y resiliencia”, que impidan o hagan manejo adecuado de amenazas y vulnerabilidades, evitando que puedan convertirse en emergencia, desastre y/o calamidad pública (Wilches-Chaux, 2012).